domingo, 23 de enero de 2011

Droga, narcos, montoneros y KK.

El maridaje de los montoneros con las drogas viene de los setentas. Para darse valor en sus acciones terroristas se falopeaban buscando un plus de valentía ausente. Lograban así una fiereza artificial que hoy vemos en los pibes copados por el paco –y muchos mayores- en sus exageradas reacciones por nada. Hoy ellos y muchos otros que no se animaron entonces y aparecen a la vejez simulando “haber sido” – como el matrimonio monárquico- son afines al narcotráfico y consumo. De allí la connivencia de estos funcionarios KK que no solo lo ven como algo natural y la protegen con argumentos inmorales, sino han aprendido a negociar con ello. Sus contactos con las FARC les rinden ganancias ilimitadas y junto con otros negocios turbios denunciados diariamente, provocan sus enriquecimientos veloces en pelagatos de ayer, hoy nuevos ricos fastuosos. Han dejado a la corrupción menemista en meros aprendices: ni siquiera el icono María Julia pueden compararse con esta mafia encaramada en el poder. Droga, simulación, traición, delincuencia, muerte, manipulación y desinformación son sus herramientas comunes y arrastraron al país a una Argenzuela dirigencial vacía de valores, pasatista y tolerante, donde no se miden las consecuencias de tantas causas equivocadas. “TODO es igual, NADA es mejor” dice el tango que mejor nos refleja, mientras los mayores que vivimos otro país, otra realidad y otra educación, buscamos COMO cambiar esto sin chocar con nuestro propio hijo. Explicar que los padres podemos ser amistosos pero no “amigos” y menos, compinches. Que los maestros están para ser modelo de cultura y enseñar, no para revoltosos paros permanentes. Que los bancos son los lugares donde se puede depositar confianza y dineros. Que las fuerzas de seguridad nos protegen dentro y las fuerzas armadas hacia fuera. Que los gremios defienden a los trabajadores, que los trabajadores cumplen sus obligaciones, que las obligaciones también son de los patrones. Que la salud es para todos, no para pocos y que es sagrada. Que es bueno rendir examen, buscar la excelencia, progresar honradamente. Que nuestra historia fue el ayer heroico y también el hoy edificante. Que no somos menos que otros, si tal vez un poco mas negados a aprender, crecer y cambiar. Y que estamos lejos de ser más que otros, aunque los politiqueros nos digan lo contrario. Que la política, como el liderazgo, se merece no se compra ni se ocupa a la fuerza. Que la economía criolla es para enriquecer nuestra patria, no para expoliarla. Y que la droga, tema del inicio, es para demostrar como resistimos, no como nos entregamos. EL HUARPE

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