lunes, 6 de octubre de 2008

Es la hora del Congreso

Del Congreso depende… Ante tanto deseo de democracia efectiva, bipartidismo, y formación de una oposición al régimen KK, hoy fragmentada y inocua, noto que desde la época conocida como La Colonia existieron por estos pagos dos bandos opuestos identificados como los favorecidos por el monopolio español y la “pandilla del barranco”, contrabandistas y a favor del libre comercio. Realistas y criollos luego, federales y unitarios, provincianos y porteños, peronistas y gorilas, fueron todas expresiones antagónicas que contaron en sus filas variadas ramas según características determinantes de matices pero que se aceptaban como pares. Así se hablaba de “causa nacional”, “movimiento justicialista”, “revolución nacional” y otras acepciones englobantes que justificaban las coloraturas de sus integrantes al estar unidas tras un ideario común y general, frente a su opuesto también abarcativo de múltiples fuerzas coligadas. Cuando se pide la reorganización del PJ y del Radicalismo para dar curso al bipartidismo argentino, ¿estamos en lo correcto? ¿O son dos líneas de la misma corriente, nacional y popular, con enfrentamientos por desencuentros, ceguera histórica y torpeza intelectual de sus dirigentes momentáneos? ¿Solo descubrieron la verdad de la naturaleza común, en el abrazo de Balbín y Perón? Seria beneficioso que al caudal gestionario del peronismo, se sumara la ética y hasta la moralina del radicalismo para acotar los desbordes de corruptela tan proclive entre los seguidores del General. Asimismo se despertaría el partido de Alem de sus siestas retóricas y pasaría de la biblioteca del Congreso –y de sus bancas- para sumergirse ya en la búsqueda de soluciones a los problemas que exige la sociedad, recordando que mejor que decir, es hacer.
Tendríamos en la vereda de enfrente al verdadero adversario, antinacional, cipayo, progre, montonero o erpiano, narcotraficante, corrupto, prebendario y como en nuestros días, usureros que nunca trabajaron, montoneros que nunca pelearon, defensores de los DDHH sin presentar un solo caso, manipuladores tanto de historias como de dineros furtivos, dirigentes políticos contra natura o arribistas inmerecidos del puesto ocupado. Tal vez, daríamos comienzo al camino de recuperación nacional que nos debemos y que pariera en el Senado, luego del ensayo de Diputados, cuando afloro la decencia y la acción unidas, para dar vida a una jornada histórica en beneficio del campo y la Argentina toda. De esos actores –nuestros representantes- depende… ARGENTINA RESISTE

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