TERMINANDO 2014. ¿Cómo
definirlo, como llamarlo? Prefiero denominarlo EL AÑO DE LA COBARDIA Y LA
VERGUENZA. Nunca vivimos tanta pasividad ante la delincuencia, de arriba y de
abajo. Hagan lo que hagan, solo se usan las redes para denunciar robos,
muertes, estafas, atropellos, prepotencia, enriquecimientos... SIN RESISTENCIA
DE LA POBLACION. Tal vez hemos olvidado los Derechos y Obligaciones de todo
CIUDADANO. Tal vez, la inoperancia sospechosa de los opositores, el desarme de
los partidos políticos, el narcotráfico y su propaganda, haya atontado a aquel
argentino que supo defender con uñas y dientes sus valores, aun contra
dictaduras e invasiones. Hemos sufrido guerras externas, guerras internas pero
como espectadores privilegiados, no comprometidos como participes. Seguramente
nos falte ese lamentable paso que es la lucha de todos, que madura a golpes
sociedades que hoy son mucho mejores que la nuestra. Pueblos que saben qué
hacer CON SENTIDO COMUN ante las contingencias propias de la época. Que marcan
lo bueno y separan lo malo. Que premian y también castigan. Que tropiezan pero
aprenden. Que no son un corcho flotando a la deriva, en un mar de tormentas,
sino un barco con destino irrenunciable. Desatemos amarras, que el puerto no es
lugar para las naves, sino el mar abierto. Ojala que el año próximo pueda decir
que 2015 fue EL AÑO DE LA DIGNIDAD RECUPERADA. Salud.
EL HUARPE NO SE RINDE.
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