domingo, 9 de octubre de 2011

Ni X ni Y, Generacion Revivals.

Ni se les ocurra desear la muerte o caída de la Locutora Oficial del KKismo. Ya en el 55 el golpe contra Perón le dio oxigeno por décadas hasta su retorno, como la desaparición del Gran Usurero, no solo lo emparenta con Juan Salvo sino lo eleva con Jesucristo, según la visión de su posible viuda a través de la Cámpora. Estas interrupciones muestra dos cosas importantes y definitorias: primero la falta de dialogo y de la escucha del otro, como condicion previa. La comprensión, la negociación y el resultado a seguir es una dialectica ausente en el peronismo y por extensión, en toda nuestra politica. Segunda consecuencia de los cortes abruptos: el corte del proceso de maduracion de todo proceso historico. La congelación de ideas, conceptos, verdades y mentiras en desarrollo que ocultan los efectos dejando librado a la interpretación libre todo posterior análisis. Vivimos así en el cuasi delirio, partiendo de la ilusión a medida. Por eso volvió Perón y se encontró con un Movimiento que mezclaba conceptos del 43, 46, 52, 55, 66, y los setentas. Todo mezclado sin fundir en una puesta al día general, con un partido modernizado. Repetimos la situación en el 74 con la ida de los Montoneros por un lado y la expulsión por traidores por la otra. Pero siguen vivos los actores, y nos ofrecen este revivals de hoy. Quieren manejar el país como no pudieron hacerlo en los años duros, sin reconocer que el mundo es otro. ¿Y la mayoría silenciosa? Precisamente por su falta de adultez, de discusión creadora y correctora, solo acepta todo. Así se comprende mejor el sometimiento popular a las dictaduras en Argenzuela... "No me hagan pensar, no me hagan tomar decisiones, que hagan otros... yo solo critico después. Y me hago el desentendido, mucho después. Cuando ya estoy edificando el próximo capanga" ¿Soluciones? La brinda lo hecho por el montonerismo: la intrusión. Entrar en el kakismo hoy, para comérselo desde adentro. Total, ellos dicen que “son peronistas” y yo también. EL HUARPE

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