martes, 15 de enero de 2013

Castigo a los KK, reconciliación con el resto.


Las consecuencias están a la vista, si quiere verlas. Toda división, toda exclusión, todo ostracismo va ocultando junto con sus victimas, un sordo resentimiento por sentirse desplazado. Por algo en la antigüedad se castigaba con el exilio, tanto como la muerte, pues el desarraigo, la soledad, la distancia de lugares y seres queridos, van minando el alma. Es inevitable la bronca creciente, salvo que sea tapada por una depresiva actitud. Paso en el 55 cuando la R.Fusiladora decidió descartar al peronismo, a sus símbolos pero también a los peronistas de carne y hueso. Persecución política y  laboral para medio país, borrando carteles, libros, títulos  y honores, con saña maccarthista. Me decían “no repitas lo que escuches en casa”, “no digas que somos peronistas en la escuela”, termino forjando la Resistencia mas poderosa a los regimenes posteriores de la historia nacional. También provoco las Formaciones Especiales, las Tendencias, los Montoneros y tantos grupos mas presentados a la sociedad como “ejercito del pueblo” y luchadora contra las dictaduras con la bandera del Regreso del Líder. El trabajador, el estudiante, el profesional, el comerciante fueron sumando revanchas personales y de clase al Luche y Vuelve. Claro que muchos creían que no volvería, y que el Trasvasamiento Generacional ya estaba ahí. Y aparece la traición en el Movimiento icono de la Lealtad. Los recién llegados no querían esperar, se creían más peronistas que Perón. La jerarquía guerrillera tenía otros jefes y otras ideologías que representar: la Revolución Socialista Castrista y sus aliados. Convergen con otros enemigos históricos del peronismo: el imperialismo de los monopolios económicos, ya mordiendo a través de sus lacayos del Partido Militar. Fallaron en Ezeiza pero dejaron la semilla de la discordia en las medidas del pobre Cámpora, antecesor de De la Rua en manos del Frepaso. Historia eterna de la irrealidad progre en todo el mundo, armada o no. Los jefes lo sabían, la “juventud maravillosa”, no.
Creyeron que con los KK se justificarían tantos muertes juveniles y solo fueron encandilados por el par de fabuladores mas extraordinarios que conocimos. Frases, relatos, gestos y actuaciones no reemplazan al robo, la mentira y la entrega sin par del “Modelo” y los resultados, siempre opuestos a los dichos, están sobre la mesa. Viene la paciente tarea de restañar heridas, explicar desfalcos, mostrar números y aplicar justicia para que Nunca Más la corrupción aproveche los excesos de otros, para tapar los propios. Mucho desinformado, mucho ilusionado, mucho creyente en milagros merecen la ayuda necesaria para sumar, porque los KK quieren dividir y huir en el entrevero. Un simple talero sirve para romper los espejos deformantes que nos rodean, sin herir.  Y una gran jaula para los ladrones, del color que sean. Sumemos, didácticamente… no les hagamos el juego a los tránsfugas. EL HUARPE  

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