Década K:
todo lo que no hicieron Néstor y Cristina
LAS COSAS
POR SU NOMBRE
En las
últimas horas, he escuchado tantas estupideces sobre lo bueno o lo malo que
fueron los Kirchner en esta última década que creo que debemos replantearnos
seriamente la creencia ancestral sobre que los argentinos somos gente
medianamente preparada.
No hay nada
más fácil que quitarle un dulce a un chico o humillar a un K en una discusión.
Basta
recordarles que tuvieron los mejores términos de intercambio de 200 años de
historia y que aplicaron la mayor presión tributaria que se recuerde (40 % del
PBI si se calcula el "impuesto inflacionario").
Esto derivó
en recaudaciones anuales inéditas de 100 mil millones de dólares (el doble que
en el uno a uno)
Ahora bien:
con todo ese dinero a su disposición, el Frente para la Victoria no puede al
día de hoy enumerar ni una sola obra emblemática, paradigmática, que hayan
iniciado y terminado. ¿Qué hicieron estos tipos con tanto dinero durante una
década completa?
-Construyeron
apenas 100 km de autopistas y autovías por año (lo mismo que la provincia de
San Luis, que tiene un presupuesto cien veces menor)
-Hicieron
dos pequeños gasoductos en la Patagonia para no más de 200 mil personas (y las
obras terminaron en escándalos judiciales, como la obra de Skanska en Córdoba)
-Llegaron a
erigir apenas 350 mil viviendas en una década (menos que el menemismo y mucho
menos que el medio millón de Perón y Evita, en un periodo de tiempo similar,
cuando el país contaba con sólo 16 millones de habitantes)
-No
levantaron ni una sola represa hidroeléctrica de importancia. Apenas terminaron
una ya muy avanzada en San Juan.
-Dejaron colapsar
al sistema ferroviario, el que se cae a pedazos y amenaza con generar trampas
mortales cada día.
-En pleno
siglo XXI la mitad de los argentinos no tiene cloacas y un tercio no cuenta con
gas natural, ni agua corriente. El déficit habitacional se amplió desde el 2003
y supera ya los tres millones de unidades.
La discusión
con los K se termina a los 30 segundos. Basta con preguntarles ¿Me podés
enumerar las grandes obras de infraestructura que nos van a dejar ustedes?
El miedo
como solución a todos los problemas
Néstor
Kirchner, como pocos, conocía la fenomenal cobardía del pueblo argentino a la
hora de defender sus derechos y libertades.
Toda su vida
giró en torno a su capacidad de generar terror para lograr sus enfermizos
fines.
Fue el
"estúpido del pueblo" hasta los 18 años en Río Gallegos, donde
repitió el último año de la escuela secundaria y no pudo graduarse de maestro
de grado, como su hermana mayor Alicia. Su extraña forma de hablar y su ojo
desviado lo hacían blanco de todas las burlas.
Cuando llegó
a La Plata, a fines de los sesenta, descubrió el poder de la patota.
El ochenta
por ciento de sus materias en esa Universidad fueron dadas como alumno libre de
la Facultad de Derecho, Quienes cursaban por esos años revelan que era casi
imposible aprobar las materias más importantes si no se había cursado como
alumno regular. ¿Qué hacían Néstor y otros "combatientes" de esa
convulsionada época? Gracias a las cátedras paralelas que allí generó el
gobierno peronista del 73, apretaban a los docentes nuevos, nombrados por el
propio PJ, para que los aprobara sin hacer muchas preguntas.
Luego del
golpe, con el título de abogado (a pesar que jamás citó una ley o artículo, que
nunca dijo una típica frase en latín o que en la perra vida escribió un
artículo sobre el cuerpo legal provincial o nacional) se asoció con un ex
miembro del Tribunal Superior de Justicia de Santa Cruz, Domingo Ortíz de
Zárate, quién le "cuidó la firma" hasta que apareció en escena otro
abogado brillante para custodiar su falta de idoneidad en materia de leyes:
Carlos Zannini.
En la
dictadura, gracias a ser el abogado de Finsud (una empresa financiera que tenía
capitales provenientes de los jefes de las fuerzas armadas y usaba como
mascarón de proa a pequeños comerciantes santacruceños), atemorizó a los pobres
compradores de humildes viviendas. Se quedó con más de una veintena de ellas
aprovechando la información privilegiada que tenía y su estómago de acero para
ejecutar sin piedad.
Con la
llegada de la democracia, antes de ser intendente de la capital provincial,
aprendió a generar pánico entre los beneficiarios de la Caja de Servicios
Sociales a quienes apretaba para que cambiaran favores políticos por atención
de todo tipo. Cuando el gobernador Arturo Puricelli vio como extorsionaba a
pobre gente enferma lo eyectó de su cargo.
Como
intendente y luego gobernador, se dedicó a poner bajo su suela a empresario
locales, periodistas, jueces y dirigentes políticos propios y extraños gracias
a la construcción de un "besamanos" por el que todos debían circular
si querían poder seguir subsistiendo en aquella gélida a menudo inhumana
geografía.
A los
opositores que osaban tocar las cacerolas los corrió con patotas al mando de
Rudy Ulloa, debiendo una veintena ser hospitalizados tras las cacerías humanas
que se desplegaban.
La historia
de él y su esposa como presidentes es mucho más conocida.
Han
aterrorizado a los empresarios para que no anuncien en los medios opositores, a
los jueces y fiscales para que no investiguen, a los periodistas para que se
callen, etc, etc.
Ahora,
tratarán de infundir pavor en los comerciantes con sus tonton macoutes
"desplegados" por el país, como le gusta decir a Cristina.
Lo que viene
es el "miedo para todos".
Terminado el
proceso económico, por sus graves inconsistencias, asistiremos a la
"organización" de las corrientes K, que pueden sumar más de un millón
de beneficiarios de prebendas estatales.
Con la
excusa de un supuesto golpe (que ya fue argumentado por los impresentables
"intelectuales" de Carta Abierta) vendrá el avance sobre Papel
Prensa, el Grupo Clarín y el periodismo contestatario.
Finalmente,
si con todo esto no alcanza, vendrá el "miedo a las urnas", como ya
se instaló en Venezuela, donde el presidente Nicolás Maduro anunció que sabe
quiénes son los 900 mil ex chavistas que votaron por Hernán Capriles, gracias a
las llamadas "captahuellas" que permiten unir la identidad del que
vota con el sufragio emitido segundos más tarde de la identificación por datos
dactilares.
Antes de fin
de año, con el actual parlamento a su favor, los K van a intentar imponer un
sistema de votación electrónico como el bolivariano, para que la gente ya no se
sienta segura ni siquiera dentro del cuarto oscuro.
Hace diez
años que, en lo personal, trato de anunciar lo que nos espera y que estamos
frente a la mafia más poderosa que haya visto jamás nuestra cobarde, miedosa,
pusilánime, apocada y amilanada Nación.
Marcelo
López Masia (Tribuna de periodistas)
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