¿Existe una Matrix? “Nadie vio Matrix” es el libro de Walter
Graziano, sobre las apariencias y las realidades que muestran la pidora azul y
la píldora roja, para quienes eligen tomar una y otra. En Argenzuela, esas
ficciones se agudizan de tal manera, con el Relato incesante, repiqueteador,
sofocante, inédito y delirante que termina estupidizando la razón. Las formas
de presentar realidades, vistiéndolas con mentiras, llevan a que nos cobren por
usar cajeros automáticos, ahorrando millones a los bancos en empleados… ¿no
deberían pagarnos algo por hacer ese trabajo? Lo mismo sucede con los home
bankings, donde hacemos nosotros mismos un trabajo y encima, pagamos. Los
jubilados cobramos menos de lo correspondiente, pero nos ofrecen prestarnos
nuestra misma plata. Millones en vueltos
sin devolver por falta de cambio quedan en bancos y negocios. La televisión por
cable, que nos cobra para no tener que soportar propagandas, están inundadas de
las mismas, igual que la televisión abierta. Vivimos conectados las 24 horas a
sistemas que no manejamos ni sabemos hasta donde se meten en nuestra vida, usos
y costumbres, datos, preferencias, mensajes, fotos, incluso grabaciones con
cámaras incorporadas a la notebook que no encendimos, escuchas mediante
accesorios de apariencia inocente, suben a nubes del poder mundial al estilo
del Gran Hermano orwelliano. Ahora suman al Sibios a otro DNI –el tercero
creo, de los KK- para seguir
espiándonos. La lista es extensa: cadenas nacionales en vez de conferencias de
prensa, Congreso escribanía con opositores falsos, Justicia injusta,
Ecologistas pagados por petroleras, alimentos light no naturales, novedades
aunque no sirvan, rapidez sin contenidos, post grados aunque no sepan la tabla
de multiplicar, mucho de todo aunque todo incompleto, hijos sin padres,
mascotas en vez de parejas, liceos militares que se burlan de San Martin,
educadores que odian a Sarmiento. Todo es posible en la Matrix de Argenzuela.
Hasta escribir esto en Facebook o en redes informativas. EL HUARPE
Cómo se
llama un país que se entrega sin objeciones? No sin resistencias, sino que ni
siquiera rezonga ante las gestiones desacertadas a ojos vista. Podrá ser un
país, pero no una NACION. Sera apenas un rejuntado de habitantes a los que aún
no les calo la necesidad de un proyecto común, un objetivo social, un camino
histórico. Un país desmembrado ya que marcha hacia su libanización indefectible,
por las contradicciones internas, los enfrentamientos remarcados en vez de los
puntos en común para su subsistencia. Ni los empresarios resisten medidas en su
contra, ni los jubilados impiden que les tiren mendrugos… Un país que ha dejado
librado su destino a la suerte, un país no protagonista EL HUARPE
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