sábado, 28 de abril de 2012

Los soberbios que rompen y no pagan

Ni hablar de los milicos, pero ya cuando Alfonsin asume, la soberbia implicita en los politicos ganadores de una eleccion, les cierra los oídos a las advertencias de los extrapartidarias o del cenaculo cerrado del presidente. Asi sufrimos medidas inconsultas, golpes de timón, cambios de objetivos, sin derecho al dialogo real entre ambas partes. Planes economicos, asesoramientos interesados, actitudes discriminatorias, jalonan una decadencia en los resultados que van obteniendo, muchas veces negado por los ejecutores y pintando panoramas totalmente despegados de la verdad. Producido la debacle de la hiperinflación viene el recambio. Y tambien se van produciendo las politicas erraticas, incluso opuestas a las promesas preelectorales. Quienes desde la oposición marcan los defectos de la Convertibilidad y las consecuencias presentes y las que se avisoran hacia el futuro, son ninguneados desde el gobierno que flamea la bandera de la reeleccion como manto que todo lo justifica. La corrupción trae a una coalición que explota a poco de marchar, desnudando tambien que las manos limpias pregonadas son garras para manotear negociados, ademas de incapaces de llevar soluciones al pais. Nueva crisis, esta vez gravisima entre acusaciones cruzadas de los protagonistas de ambos sectores del gobierno y reaparición del peronismo, pretendiendo ser salvador de lo que en realidad es coparticipe causal. Luego de varios tironeos entre presuntos iluminados, (reitero: de frondoso prontuario mas que currícula) un ignoto gobernador de una mini provincia lejana e ignorada pero tremendamente corrompida por ese poder, se presenta como nuevo Mesías. El cordero se convierte en lobo, a poco de andar y peor aun, autosuficiente, incapaz de dialogar, casi autista. Demuestra eficacia solo en acumular poder venal y dineros de origen indemostrable. Va descascarandose la patina de la publicidad y el culto a la personalidad, mostrando que en este caso la falta de dialogo es una forma de no exponer necesariamente sus falencias y delitos. ¿Cuándo haremos pagar tanta necedad, tamta oportunidad desaprovechada, tanto retraso general por ignorancia personal del dirigente? EL HUARPE

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