viernes, 8 de marzo de 2013

Y se comparan con Bolivar o San Martín...


Estos revolucionarios de opereta, que nunca expusieron su cuero, que nunca ganaron una batalla real, que ni siquiera son luchadores son el ejemplo de aquella sentencia: “Dime de que te ufanas, y te diré que careces”  Intentan tapar con tanta cháchara sus realidades.  Han manejado dos países con un chorro de ingresos fabuloso por los precios inusitados de sus materias primas, pero no lo industrializaron ni aprovecharon tal volumen de divisas para convertirlos en potencias en desarrollo (Uruguay, Perú y Chile, ni hablar de Brasil, nos pasan como alambre caído) En cambio el dinero engorda sus fortunas personales, mientras la pobreza aumenta en el pueblo. Parches para disimular la realidad distraen junto con el Relato diario: subsidios miserables, prebendarlos, en lugar de trabaja autentico mantiene a grandes sectores dependientes de la mano del amo. Pasamos de un extremo a otro, en un péndulo sin término medio ni una muestra de ir aprendiendo de nuestras experiencias. Ver la política como blanco o negro, sin analizar previamente que significa embanderarse en el opuesto ni revisar los antecedentes de los líderes propuestos, solo conduce a esta decadencia. Primero roban, luego “desaparecen” y huyen de sus responsabilidades, con un entorno mafioso que los erige urgente y desesperadamente en santos. Resulta sintomático el esfuerzo de posicionarlos como héroes o patriotas, cuando solo llegan a saqueadores de caminos. Tampoco podremos juzgarlos con la justicia del  hombre, se han fugado al etéreo y caprichoso nivel de la Historia, donde todo es opinable a pesar de las pruebas. EL HUARPE

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