sábado, 15 de febrero de 2014

Cavallo dice ignorar esto en su blog... un chanta sin careta.


Países sin crisis bancarias

La caída de la actividad económica y del comercio mundial está alcanzando a todos los países del mundo, cualquiera sea su sistema económico, su organización social o su régimen político. Pero, paradójicamente, no en todos los países se producen crisis bancaria como las que afectan a EE.UU. y Europa.
Las áreas económicas que hasta ahora están a salvo de crisis financieras extendidas son sumamente importantes:
1º. La región China del Renminbi
2º. El área de influencia de Japón
3º. El mundo árabe islámico
Región china del Renminbi
Debemos recordar que la moneda china es el Renminbi compuesto de la siguiente manera: 1 yuan = 10 jiao = 100 fen. Su actual cotización es de 6,84 yuan x u$s. El sistema bancario chino sirve a 230 millones de personas, pero hay 1.105 millones de chinos no bancarizados. Su economía se apoya en la estabilización de precios con una inflación que oscila entre 2,8 y 4,1 % anual, lo cual indica una prudente política monetaria.
El dirigente de la economía china, Wen Jiabao, miembro del buró del Partido Comunista Chino fue quien lideró la gran reforma bancaria de 1999, que consistió en lo siguiente:
1º. Rescate de las carteras bancarias morosas e insolventes.
2º. Creación de 4 compañías estatales para liquidarlas.
3º. Control interno del Banco Popular de China a todos los bancos.
4º. Fuerte aumento del encaje por depósitos a la vista y una apreciable reserva legal con fondos líquidos.
5º. Los funcionarios bancarios son empleados del Estado y están sometidos a disposiciones penales por mal desempeño.
6º. Los delitos bancarios se sancionan con prisión, pudiendo llegar a la pena de muerte. En tal caso, la familia del condenado debe pagar las balas.
7º. Se permite una alianza con bancos extranjeros inferior al 20%.
Área de influencia de Japón
Salvo el caso del Sumitomo-Mitsui Banking Corporation, que opera en EE.UU. y que ha quedado contaminado por las prácticas financieras americanas, los demás bancos japoneses no tienen problemas de salvataje financiero. Pero entre 1991 y 1997 pasaron por una grave crisis bancaria.
El sistema feudal de empresas, organizado en Japón bajo las formas de Keiretsu y Zaibatsu, fomentaba que los bancos financiaran pérdidas industriales con préstamos a tasa cero. Los bancos formaban parte de directorios en gigantescos conglomerados de industrias, comercios y empresas de trading.
Esas pésimas reglas feudales, unidas al encarecimiento de la mano de obra japonesa en relación con los bajos salarios de China y Sur Corea más el fenómeno de la bandada de patos, producido por empresas de alta tecnología que levantaban vuelo de Japón y se instalaban en China, provocaron una seria crisis bancaria e impidieron el reintegro de los depósitos a los ahorristas. Hubo casos de corralitos y de airadas protestas de inversores, como Argentina en 2001.
En 1995 se hizo cargo del gobierno el, primer ministro Ryutaro Hashimoto, a quien todos designaban como el último samurai. Hombre disciplinado, experto en ciencias marciales e imbuido de los principios morales “shintoistas” dispuso seis grandes reformas. La primera en la gestión y administración del Estado, la segunda en el sistema impositivo, la tercera en bancos y entidades financieras, la cuarta en el sistema de previsión social para la vejez, la quinta en la estructura feudal de los conglomerados empresarios y la sexta en la educación para la ciencia y la tecnología.
La ley Hashimoto para bancos dispuso:
1º. Eliminar el régimen de Keiretzu y Zaibatsu,
2º. Elevar los encajes en efectivo de depósitos a la vista,
3º. Prohibir toda operación especulativa en bancos,
4º. Cambiar los criterios para evaluar activos bancarios en base al principio shinto: “no estar limpios y ocultar la verdad, es horrendo”
5º. Liquidar bancos que tenían malos activos aplicando el principio shinto: “de la muerte puede volverse, porque no es eterna, del deshonor no se vuelve jamás.”
6º. Emitir deuda pública para compensar activos y rescatar las inversiones de los depositantes.
En las actuales circunstancias, Japón atraviesa una fuerte caída de las exportaciones con serios problemas para las empresas industriales, pero como consecuencia del blindaje proporcionado por la ley Hashimoto, no está padeciendo una crisis bancaria similar a la que afecta a EE.UU. y la Unión Europea.
Mundo árabe islámico
La banca árabe islámica, es tan poderosa como la banca europea y en los últimos tiempos ha concurrido en ayuda de Holanda para rescatar el banco ING y también a grandes bancos Suizos como el UBS y el CS.
La banca árabe islámica se rige por la “Shari’ah” (ley del Corán) que prohibe la “riba” o sea todo acto de usura o préstamo a interés. Para el mundo árabe la “riba” representa lo opuesto del comercio, es la corrupción del comercio.
Algunos bancos como el Gulf Bank of Kuwait, que operan en el mundo occidental, están exceptuados de estas reglas y han pasado por serios problemas de solvencia.
La banca árabe islámica recibe depósitos y hace préstamos pero no puede pagar ni cobrar intereses. Cuando la violación de la regla es muy grave se puede llegar hasta la mutilación de la mano del banquero. Que sea la mano, el antebrazo o el brazo entero depende de la gravedad del delito
Los vehículos financieros de la banca árabe islámica son numerosos, pero los más comúnmente usados son:
1º. Al wadi'ah: es un depósito de dinero para proteger los fondos que pueden ser retirados o transferidos a otros beneficiarios.
2º. Mudaraba: es otro tipo de depósito donde el depositante participa de la ganancia o pérdida de algún deudor del banco.
3º. Murabaha: préstamo que se solicita al banco para que adquiera un bien y lo revenda al precio pactado previamente, cargando gastos y ganancia.
4º. Iyarah: crédito solicitado al banco para que compre un inmueble y lo alquile a un precio determinado.
5º. Qard-al-hassan préstamo benévolo que se solicita al banco, librado al favor de Aláh.
6º. Mucharaka: acuerdo realizado con el banco para que participe como socio en una sociedad de capitales, compartiendo beneficios, gastos financieros y corriendo el riesgo del negocio.
Como puede verse, el depositante de dinero en un Banco islámico, está vinculado con el riesgo que sus ahorros tienen al ser prestados a un tercero. Por eso mismo es casi imposible una corrida bancaria. El Banco es un gestor, nunca un deudor de sus depositantes. Si no hay confianza, no se depositará nada.
Antonio I. Margariti es economista y autor del libro “Impuestos y pobreza. Un cambio copernicano en el sistema impositivo para que todos podamos vivir dignamente”, editado por la Fundación Libertad.

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