sábado, 30 de abril de 2011

La hija de Chabela y el negrito pretencioso

Opinando desde afuera, le falta ver algo. Creer que enviar una nota, suple a la presencia en el palco, es no conocer el alma sindical peronista. Son gestos que se pagan, donde se adivina que a diferencia del desaparecido, ella no traga sapos. Le da asquito, escupe. En el fondo la contradicción sigue, agigantándose. Nunca se la vio más desubicada que en el otro acto con Moyano en el estadio de futbol. Y no sucederá, nuevamente. Su ombliguismo no lo permite. Y menos con un negrito.
Mencionar el pasado de cada protagonista KK de hoy, como una carga, es precisamente no entender al peronismo. El mismo fundador del movimiento pasó de ser el autoritario del 46, (luego de aprovechar el 17 de octubre, ese tremendo error de sus enemigos militares) al león herbívoro del 74, intentando pacificar lo que incendio en un giro sorprendente. El pragmatismo siempre presente. Cuando aprovecha golpes de suerte, cuando se abraza con su adversario de ayer, cuando "traga sapos" como plato del día. Observen la similitud entre Menem y Kirchner en ese aspecto... Gestión basada en la sorpresa y el secreto, siempre desorientando a la oposición. Mejor que decir es hacer, es otro paradigma mucho mas profundo que lo aparentemente superficial... Ante este estilo, cualquier político que se quiebra pero no se dobla, pierde por escándalo. EL HUARPE

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