jueves, 8 de diciembre de 2011

LA RESISTENCIA AL PENSAMIENTO UNICO

Bueno, llegó. La tan anunciada y esperada era orwelliana de La Gran Hermana, esta en marcha. El originalmente llamado en solfa “relato” ya se ha trasmutado en revisionismo histórico, control de expresiones y opiniones de funcionarios mediante censura previa, amenazas por medio de la Afip –en una país que siempre eludió los impuestos, empezando por todos los políticos como los KK- y aprietes y escraches utilizando hasta menores de edad – la foto del niño escupiendo a un opositor recorrió el mundo- Los ajustes tarifarios son “redireccionamiento”, la inseguridad una “sensación”, la inflación un “reacomodamiento de precios”, las estadísticas oficiales rebosantes de felicidad, un subproducto del Indec intervenido. La comunicación con el país, solo es una bajada de línea televisiva, sin preguntas ni objeciones, diaria, machacona y delirante. Una masturbación publica de éxitos utópicos mezclada con cambios menores en ropaje de grandeza. El silencio en cambio campea ante robos, narcotráfico, impunidad delictiva, des-educación, coimas, capitalismo de amigos, cifras incongruentes y hasta la desaparición del hasta ese momento Jefe de la banda, cuyo cuerpo, destino, estado, causa y deceso es todo un misterio. Solo ha quedado, además de un mausoleo circense, una etérea referencia: la Gran Hermana lo sigue viendo entre el público asistente a las charlas de atril diarias y lo llama “El”. El estalinismo soñado por Diana Conti se cumple con virtudes y defectos. Como el dictador ruso, depende de una sola persona, mientras exista. La bipolaridad y la histeria, tienen la palabra. EL HUARPE

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