Una nueva gesta de victorias, éxitos y triunfos
jalona los laureles KK. La Historia reconocerá que aun superior a la pelea
contra los militares de la dictadura, esta lucha fue el mayor logro de los
Kirchner. Aquella fue una guerra de
trincheras patagónicas, con la parejita en sus pozos de zorro, disparando hasta
agotar la munición en defensa de los DDHH, los derechos de los terroristas
tirabombas, y poniéndose como laderos de Firmenich y Verbitzky. Ese triunfo ha
sido el ejemplo a seguir por La Cámpora y sus talibanes. Armados solamente con
aerosoles de pintura y algunas brochas gordas presentaron batalla en todo lugar
que los sátrapas provinciales permitieron. Paredones destituyentes recibieron
metralla de pintura con consignas contra los golpistas de la Gendarmería y
Prefectura, en encarnizada orgia de valor y enfrentamientos. Huyeron los
trabajadores de uniforme ante los yuppies y ñoquis KK quedando establecido que
el trabajo es demodé y neoliberal. Los bunker de Puerto Madero fueron testigos
de la heroicidad pintora. Ríos torrenciales de color sangre fueron derramados
en las paredes sin dar ni pedir cuartel. Pero el triunfo llego para engrosar el
Relato Épico KK. EL HUARPE
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